Quizás te pedí en mi círculo de sal
quizás soñé anoche repetitivamente contigo
quizás busque sonidos para pronunciar tu nombre
quizás de los pesares ya no te quiera
quizás no es mi deseo tomar tus brazos,
los mismos que descubrí en la oscuridad de la tristeza
hay mucho sintaxis en los quizás
y poco archivo de las pasiones en mi pequeña máquina,
es imposible no pecar de incrédula
me cuesta decirlo con un gesto enorme,
como la boca de mi pez.
Me encantaría contar la historia de aquel pez
maravilloso por sus colores
pero tan inoportuno,
maldecido y apartado de la acuarela de colores
lloro por ese pequeño pez,
su reflejo se parece tez mulata
autóctonos de la mala fortuna
y encerrados por cometer un crimen.